The tide is high.
martes, junio 05, 2012
jueves, mayo 03, 2012
Los personajes de Erick Pérez
Eligio Coronado
Monterrey.- Los personajes de Erick Pérez Serrano provienen de su entorno y a él vuelven en textos literarios: la ladrona coludida con policías, el joven que atraviesa la ciudad en busca de unos tacos, la novia posesiva, la madre furiosa, la prostituta del brazo de platino, el viejo ex-luchador extremo, el confidente de las muchachas que prefieren a los chicos malos y la chica que tiene su primera vez con un amigo al que no había visto en dos años.
En Una terrible costumbre, Erick (Monterrey, N.L., 1971) reúne siete cuentos urbanos de índole realista, cinco de ellos narrados en primera persona, entre los que sobresalen dos: “Bólido” (where all have the good times gone) e “Insoportable”.
Bólido fue un atleta de los encordados que ahora vive pendiente del reloj porque su esposa le tiene medido el tiempo: “su mujer (…) le advirtió que otra llegada tarde implicaría cuestiones de divorcio” (p. 11). Su forma de relajarse consiste en beber “una cerveza y ver bailar a la gente” (p. 10), pero los celos gobiernan el carácter de su esposa: “Pasa todo, menos los celos (…), aunque ya no sirvas para nada” (p. 10).
Ahora Bólido es vigilante en un centro comercial y a todo le aplica el esquema luchístico. Ejemplo: bailar con una vieja amiga es ganar la primera caída, que luego esa amiga baile con otro significa perder la segunda caída y después dirigirse a casa donde lo espera su némesis (o sea, su desconfiada cónyuge) representa enfilarse hacia la tercera caída.
En el otro cuento (“Insoportable”), un joven es testigo de un arresto en el paisaje nocturno de la ciudad: “Agárrenla a ella, ¿por qué me quieren detener a mí? Les digo que me robó” (p. 3). Luego que el joven se aleja, la implicada lo llama: “¿Me das un aventón?” (p. 3).
Establecida la conexión ella le propone tener relaciones: “Quiero hacerlo” (p. 4). Luego de besarlo, la mujer le pide dinero. Pronto el joven descubre la celada en que ha caído: “¿Ves esa patrulla? Sólo esperan (…) una señal” (p. 4).
Después de que la ladrona silba y la patrulla enciende sus luces, el victimado comprende que está perdido y ella le quita “el sueldo de la semana” (p. 4). Pronto el joven ve reunirse a la mujer con los policías: “vi cómo la patrulla la interceptó. A lo lejos escuché carcajadas” (p. 5).
¿Dónde termina la ficción y donde empieza la realidad? ¿Cuándo los personajes cobran vida y saltan de los libros a las calles? Erick supo construir personajes convincentes porque viven su propia vida y no la vida del autor. Una vida en la que el peor enemigo del antiguo guerrero del ring seguirá esperándolo en su propia casa y otra vida en la que la malvada ladrona seguirá robando incautos con ayuda de la ley.
¿Cómo lo hizo posible? Simplemente les confirió a sus personajes las cualidades que requerían para desempeñar su papel apropiadamente: sumisión, resignación y temor (para el viejo ex-combatiente), y perversión, eficacia y rapidez (para la “insoportable” atracadora).
Erick Pérez Serrano. Una terrible costumbre. Hermosillo, Son. Edit. Universidad de Sonora, 2011. 16 pp. (Colec. Lengua de Camaleón. Serie Pura Fichita, 33.)
Eligio Coronado
Monterrey.- Los personajes de Erick Pérez Serrano provienen de su entorno y a él vuelven en textos literarios: la ladrona coludida con policías, el joven que atraviesa la ciudad en busca de unos tacos, la novia posesiva, la madre furiosa, la prostituta del brazo de platino, el viejo ex-luchador extremo, el confidente de las muchachas que prefieren a los chicos malos y la chica que tiene su primera vez con un amigo al que no había visto en dos años.
En Una terrible costumbre, Erick (Monterrey, N.L., 1971) reúne siete cuentos urbanos de índole realista, cinco de ellos narrados en primera persona, entre los que sobresalen dos: “Bólido” (where all have the good times gone) e “Insoportable”.
Bólido fue un atleta de los encordados que ahora vive pendiente del reloj porque su esposa le tiene medido el tiempo: “su mujer (…) le advirtió que otra llegada tarde implicaría cuestiones de divorcio” (p. 11). Su forma de relajarse consiste en beber “una cerveza y ver bailar a la gente” (p. 10), pero los celos gobiernan el carácter de su esposa: “Pasa todo, menos los celos (…), aunque ya no sirvas para nada” (p. 10).
Ahora Bólido es vigilante en un centro comercial y a todo le aplica el esquema luchístico. Ejemplo: bailar con una vieja amiga es ganar la primera caída, que luego esa amiga baile con otro significa perder la segunda caída y después dirigirse a casa donde lo espera su némesis (o sea, su desconfiada cónyuge) representa enfilarse hacia la tercera caída.
En el otro cuento (“Insoportable”), un joven es testigo de un arresto en el paisaje nocturno de la ciudad: “Agárrenla a ella, ¿por qué me quieren detener a mí? Les digo que me robó” (p. 3). Luego que el joven se aleja, la implicada lo llama: “¿Me das un aventón?” (p. 3).
Establecida la conexión ella le propone tener relaciones: “Quiero hacerlo” (p. 4). Luego de besarlo, la mujer le pide dinero. Pronto el joven descubre la celada en que ha caído: “¿Ves esa patrulla? Sólo esperan (…) una señal” (p. 4).
Después de que la ladrona silba y la patrulla enciende sus luces, el victimado comprende que está perdido y ella le quita “el sueldo de la semana” (p. 4). Pronto el joven ve reunirse a la mujer con los policías: “vi cómo la patrulla la interceptó. A lo lejos escuché carcajadas” (p. 5).
¿Dónde termina la ficción y donde empieza la realidad? ¿Cuándo los personajes cobran vida y saltan de los libros a las calles? Erick supo construir personajes convincentes porque viven su propia vida y no la vida del autor. Una vida en la que el peor enemigo del antiguo guerrero del ring seguirá esperándolo en su propia casa y otra vida en la que la malvada ladrona seguirá robando incautos con ayuda de la ley.
¿Cómo lo hizo posible? Simplemente les confirió a sus personajes las cualidades que requerían para desempeñar su papel apropiadamente: sumisión, resignación y temor (para el viejo ex-combatiente), y perversión, eficacia y rapidez (para la “insoportable” atracadora).
martes, abril 24, 2012
¡Oh capitán, mi capitán¡
Oh Capitán mi Capitán
Tú que apareciste en sueños
Como santo amortajado
Y en voz del profeta en taller literario
Toca el corazón humano
Oh capitán mi capitán
Querubín futbolero, rizos de oro
Lector de libros sagrados
Creaste Ordinaria Locura
Abriste horizontes
Oh capitán, mi capitán
Llena mi tarro de palabras
Llena mi cerebro de cerveza
Tú, el capitán Mantarraya
El Bombero que come Zucaritas
Oh capitán, mi capitán
Tú que te alimentas de flores nocturnas
Sobre el jardín de diversidad hermosa
Tú, seleccionador de néctar exquisito
Llenas de miel con tu lengua
Colmena ofrecida
Oh capitán, mi capitán
Ángel caído del cielo
Rechazado de la mesa de los elegidos
Porque no hay mejor crónica que la que se hace In situ
Salvo aquéllas
Con sus debidas y honrosas excepciones
Oh Capitán, mi capitán
Que de entre la hierba
Apartas al escritor de ocurrencias
Al loco de ideales muertos
E ignoras al viejo inflexible
Oh capitán, mi capitán
Tú que abres tus alas
Y las contraes en el momento
Porque es necesario
Retomar el vuelo
No detengas tu marcha
Abre el surco
Keep on run
Keep on the way
Keep on the road.
Tú que apareciste en sueños
Como santo amortajado
Y en voz del profeta en taller literario
Toca el corazón humano
Oh capitán mi capitán
Querubín futbolero, rizos de oro
Lector de libros sagrados
Creaste Ordinaria Locura
Abriste horizontes
Oh capitán, mi capitán
Llena mi tarro de palabras
Llena mi cerebro de cerveza
Tú, el capitán Mantarraya
El Bombero que come Zucaritas
Oh capitán, mi capitán
Tú que te alimentas de flores nocturnas
Sobre el jardín de diversidad hermosa
Tú, seleccionador de néctar exquisito
Llenas de miel con tu lengua
Colmena ofrecida
Oh capitán, mi capitán
Ángel caído del cielo
Rechazado de la mesa de los elegidos
Porque no hay mejor crónica que la que se hace In situ
Salvo aquéllas
Con sus debidas y honrosas excepciones
Oh Capitán, mi capitán
Que de entre la hierba
Apartas al escritor de ocurrencias
Al loco de ideales muertos
E ignoras al viejo inflexible
Oh capitán, mi capitán
Tú que abres tus alas
Y las contraes en el momento
Porque es necesario
Retomar el vuelo
No detengas tu marcha
Abre el surco
Keep on run
Keep on the way
Keep on the road.
lunes, marzo 12, 2012
Músicos
“Como en todas las bandas, las anécdotas más chidas son las que no se pueden contar”
La marrana negra de la literatura rosa
Carlos Velázquez
“No sé si será una especie de fatalidad, pero a todos nos ha ido como en feria. Ahora sólo falto yo”
Las jiras
Federico Arana
“Y pasó el tiempo y la euforia; muchos roqueros le entraron a la cumbia y las bodas, otros se quedaron bien pirados”.
La balada de Pepe Garras
Mario Anteo
“Los músicos no tienen que luchar contra nada”.
Eusebio Ruvalcaba, al servicio de la música.
“La música es la vida”
Anónimo.
“Cuando oigo la música, por primera vez en la maldita vida mis pies no se posan en la tierra”
Víctor Roura, Polvos de la urbe.
“No sé si será una especie de fatalidad, pero a todos nos ha ido como en feria. Ahora sólo falto yo”
Las jiras
Federico Arana
“Mi nombre es Juan Cienfuegos, me apodan el Yonics, soy voz y guitarro de los Black Birds, y apenas hace unos años me cayó el veinte: llevaba casi treinta años tocando con mi banda y no tenía suficiente lana ni para cambiarle la transmisión a mi Mustang 77”.
La segunda oportunidad
Claudia Ariday Alejo.
“Cada vez es más difícil conseguir clientes. Un dueto norteño puede pasar la noche recorriendo cantinas y restaurantes sin que nadie tenga ánimo de pedirle una canción. Y luego las radiolas que nunca dejan de sonar. Una moneda y tienes al cantante original interpretando el éxito del momento; imposible competir con una máquina que cobra barato y nunca se cansa”.
Luis Humberto Crosthwaite
Idos de la mente.
“Finalmente nos fuimos con la música a otra parte, pero también de allá nos corrieron”
Eligio Coronado.
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